Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas con la etiqueta cielo

El cielo II

Fotografía de Carlos Martino - Tormenta en San Rafael, Mendoza https://carlosmartino.com/ Anoche hubo tormenta. De esas espectaculares, con rayos, centellas, truenos feroces y demás tigres. Giraba en círculos por la noche y Zeus lanzaba rayos por donde se estaría escondiendo Cronos. Salí a la galería para mirarla, para ser testigo de primera mano. Hay algo mágico en las tormentas cuando uno puede mirarlas en lugares donde la luz de la civilización casi no ha llegado. No duré mucho porque mojaba y castigaba incluso donde habitualmente no me siento a la intemperie. Recordé un curso que hice hace un tiempo vinculado a la meteorología. Era un curso sobre el fenómeno de La Niña. La tormenta me arrancó una confesión. La ciencia de la meteorología me excede y pude con ella cuando comencé a leerla como un oráculo. Así. Hay señales que se pueden medir, calcular para hacer el pronóstico. Incluso las escalas pueden medirse de manera bastante certera, aunque la palabra “bastante” es clave. ...

El cielo I

Maple tree and small birds - Ito Jakuchu https://www.wikiart.org/es/ito-jakuchu Hay unas plantitas parecidas a las cebollas que puse cerca de las cortaderas. Algunos años florecen y otros no. Hace unos días florecieron y a mí me parece que cambiaron todo el jardín. Así, chiquititas como son. Las cortaderas este año sacaron sus plumas, además. No lo habían hecho nunca desde que estoy acá. Parece que supieran. Los días son todos casi iguales. Aunque la luz de la mañana tiene un lustre más suave en estos días y el atardecer se apura un poco en teñir las nubes. La luna, en cambio, es la luna. Ella es predecible, por eso cambio los ojos para salir a mirarla. Hay algo que va anunciando el otoño, algún otoño, este otoño. Ya me había dicho el poeta que abril era el mes más cruel, y le he creído. Pero esta vez la mezcla de recuerdos y deseos me ha tenido un poco inquieta. Este otoño no va a parecerse a ningún otro. Por eso los cebollines y las cortaderas se pavonean por el parque, porqu...