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HEXAGRAMA 19 (TEXTO DE HILARY BARRETT)



Llegará el día en que el invierno nos pregunte 
¿Qué hicieron todo el verano?
Proverbio Checo

La riqueza de Hilary Barrett:

El hexagrama 19 y los antepasados 

Hace poco tuve algunas experiencias con el hexagrama 19 que me gustaría compartir. Para poner esto en contexto y decirlo en pocas palabras: pasé unos días bastante feos con mi suegra internada. (Ya está en casa y se encuentra mejor. Tiene un turno con el médico la semana que viene). (La versión completa de la historia está en una de las entradas del Círculo de Consultas).

Cuando se enfermó el mes pasado, pregunté a Yi… bueno, digamos… le pedí consejo, pero en realidad empecé por pedir un diagnóstico. Me respondió con el hexagrama 8 sin mutación. Tuve la sensación de que no se trataba de un diagnóstico, sino de que me mandaba a preguntarle a «la fuente de mi consulta, al oráculo» por qué había hecho la pregunta y cómo retomar a partir de allí. Eso hice, y pregunté por mi papel o mi lugar en el desarrollo de todo esto. 

Recibí el hexagrama 19, Acercar(se), sin mutaciones. Tenía que dar un paso al frente y hacerme cargo de mi familia: ser quien estuviera al tanto del panorama de la situación y se ocupara de dar los cuidados. 

«Sobre el lago está la tierra. Acercar(se).
El junzi enseña y reflexiona sin agotarse, 
Acepta y protege a las personas del pueblo sin poner fronteras». 

Tiene sentido para mí. No tanto por el hecho de que no se trata de un pariente de sangre (la quiero como si fuera mi madre) sino porque «ya he pasado por esto». Mi madre tuvo largas temporadas en las que entraba y salía del hospital. 

Por lo tanto, tengo que hacer el hexagrama «Acercar(se)». Es decir, tener siempre en el horizonte a los demás, ir hacia ellos, estar atenta a toda la situación. Estar presente con mis sentimientos y estar disponible como el agua que brota desde adentro de la tierra. Todo lo contrario a encerrarse o salir corriendo para el otro lado (que muy bien podría ser el caso). 

Aquí debo hacer una pausa —y una digresión— respecto del 19 en general, antes de contarles sobre los antepasados que se «acercaron». 

«Acercar(se).
Desde la fuente tiene éxito, propiciado por la perseverancia.
La llegada al octavo mes significa peligro». 

(Ya sé... No es la misma traducción que aparece en mi libro. Después de investigar mucho ayer, creo que hay un error en mi traducción. No es posible que signifique «llegar al final en el octavo mes». Por suerte, no cambia demasiado la interpretación). 

El antiguo ideograma para «Llegada» está compuesto por una flecha clavada en el suelo. Ya llegó, no se sigue acercando más. Acercar(se) significa yuan heng li zhen: desde la fuente tiene éxito, propiciado por la perseverancia; es decir, una enorme potencia positiva que lleva a que las cosas se concreten. «Acercar(se)» es un estado de posibilidad, una tensión. Si llego al octavo mes, al tiempo de la cosecha, y salgo a buscar resultados, pierdo esa potencia. Cuando la flecha cae, la energía de la cuerda del arco ya se ha descargado y se ha perdido; entonces, el movimiento del vuelo que «Acerca» ha terminado. Para ponerlo en términos más prácticos: si ya pasó la guadaña, los cereales no van a seguir creciendo. 

De modo que, si te sale el 19 cuando lo que necesitas es resolver una cuestión, bueno, parece que no andas con suerte. Pero, además, si en un período del 19 dejas que tu visión se reduzca a lo que se puede conseguir, vas mal. Probablemente obtengas malos resultados, pero, en cualquier caso, hay algo todavía mucho más importante que podrías perder: la empatía y tus relaciones (eso dicen muchas de las consultas que guardo en mi diario).
En mi caso, yo no tenía nada que resolver en el hospital, ni podía influir en lo que sea que pasara. No había nada a lo que pudiera aferrarme, así que lo único que hice fue acercarme. Me llevé el hexagrama conmigo un día y otro y otro (a veces creo que Yi nos da respuestas sin mutaciones para que las podamos llevar con nosotros más fácil). 

Sin embargo, al hexagrama 19 también se lo entiende como el «Acercamiento» de los antepasados benévolos. Me acordé de esto una mañana en el camino al hospital y comencé a pensar en los antepasados cuya ayuda me podía venir bien. La de mi padre, sin duda, (un hombre muy paciente y muy sereno). Y la de mi madre, con su capacidad de organización y de «arreglar las cosas». En el preciso momento en que pensé en llamarla, pude oírla decir: «¿En qué puedo ayudar?». 

Esas serían sus palabras: exactas. A partir de allí, empecé a darle más forma a la idea. Cuando llegué al hospital, llegué acompañada de padres, abuelos y un montón de viejos amigos (brillantes y salvajes) de Willows (un centro de día para ancianos en el que tuve la suerte de trabajar como voluntaria durante una década), de uno de los amigos de mi madre (muy agudo y decidido) y hasta de un par de perros. ¡Una fuerza imparable e inagotable! Recurrí a ellos todo el día, y siempre obtuve lo suficiente. 

Al día siguiente, me sentí un poco reticente a hacer lo mismo de nuevo. Me parecía que era pedir demasiado. Por suerte, aparecieron un par de personas de Willows que no tenían problema de reírse de mí y de mis disparates y me aconsejaron que no fuera tonta. Así que mi montón de antepasados y yo volvimos juntos al hospital. Algunos llevaron una firmeza muy pertinente para que el personal médico respondiera servicialmente. Otros trajeron su infinita paciencia y sus cuidados. Y otros fueron con su propia experiencia para hacerle saber a una enfermedad horrible quién era el que mandaba.

Quisiera dejar en claro que, en mi experiencia, no se trató de un vuelo de mi imaginación ni de recuerdos míos. No fue únicamente que me inspiré en el ejemplo de todas estas personas. Lo hago muchas veces, pero esta vez fue diferente: ellos estaban ahí. En un momento especialmente tenso, me puse a pensar en qué habría dicho mi padre, y me di cuenta (en un instante de extraordinaria lucidez) de que era exactamente, palabra por palabra, lo que yo (él) acababa de decir. Mi padre ya se había acercado. 

Se dice que el hexagrama 19 puede querer decir que uno es quien se acerca o que alguna fuerza benévola se acerca a uno. A primera vista no parece muy convincente. Bien, pero ¿a cuál se refiere? ¿Es que uno se acerca o es que algo se acerca a uno? Resulta ser que se refiere a ambas cosas a la vez, y en estos últimos días que me han tocado vivir, no podría haber sido de otro modo. De ningún otro modo yo hubiera podido acercarme durante tanto tiempo si mis antepasados no hubiesen, también, venido cerca mío. Es un recurso realmente inagotable, como el lago bajo la tierra. 


Gracias a mi madre, mi padre, mis abuelos, Daphne, Kitty, Rhoda, Dorothy, Vi, Joan, Candy, Meg…

Comentarios

  1. Es una interpretación muy hermosa con la fuerza de los antepasados.

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  2. Patricia Merlos17/6/24, 1:32 p.m.

    Emocionante... Muy bella interpretación. Muchas gracias.

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  3. Patricia Merlos17/6/24, 1:33 p.m.

    Emocionante...Bella interpretación. Muchas gracias.

    ResponderBorrar

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