te llamo
igual que antaño la amiga al amigo
en pequeñas canciones
miedosas del alba
Alejandra Pizarnik
II
¿A qué hora empezó esta penumbra maldita? ¿Qué viento cesó? ¿Dónde está ese otro que vendrá a reanudar el sinfín del aire? Hablo conmigo porque no estás acá, bajo la hierba. Toda la noche he estado llamándote por saber si era verdad. Por saber si es verdad que estoy bajo la tierra.
¿Es verdad que es de noche?
Hablame. Pero no nombres los jardines, no nombres el río, no nombres la música.
¿Soy, ya, una fugitiva de lo que amo?
Hablame de lo que vibra en mi cuerpo, de lo que se abre y se cierra a mi mirada. Hablame del silencio. Recordame.
¿Cuántos siglos hace de esta invertida huerta de espectros? ¿Cuántos? Escucho mis voces, el coro de los muertos, pero no oigo tu voz. ¿Dónde está la voz que hacía de mi cuerpo una fiesta delirante? Y ¿El pan del día, con el que naufragar es un laberinto remontable y morir un verbo que no termina de acaecer? Un bulbo sigiloso corroe las aristas reales de mi carne.
¿Dónde estás?
Me hacés doler en la memoria de nuestros mutuos y antiguos homenajes. El son de la muerte se despliega a pleno desde la mañana, y ríe, y canta. ¿Qué hubo al fondo del radiante mediodía? Aquél en que me uní a tu espesura según un tempo nuestro ahora olvidado. ¿Qué hubo de nuestra impecable desnudez? Hablame.
¿Soy, ya, un hueso mondo en el plato de esta fiesta acabada?
Fotografía de Carlos Martino Salar en Paso de Jama, Jujuy. https://carlosmartino.com/#!/-inicio/ |
Voy a sellar con mis voces el manto de esta enorme distancia ¿Podrá la muerte concederme la dicha de dejar de ser yo y abandonarte? No hay proyectos de regreso (cubrime con una mortaja verde).
Hablá de tu traición, de mi vértigo, de tu desolación. Hablá de esa otra en mi garganta que se estuvo gestando a tus orillas. Hablá de nuestras almas al acecho, de nuestras almas sujetas a la merced de un lenguaje. Hablá de la singularidad de mi exorcismo, de la fuerza de tus magnetismos. Quiero que hables. Pero no nombres al sol, porque me desharía.
Quiero escuchar tu dulcísimo llanto quebrar la grieta de la lejanía.
¿La primavera ya tiembla en las flores silvestres? ¿Alguien duerme tras las tapias? Mis ojos son dos cuencos profundos que ofrezco a tu mirada. No puedo cerrarlos ni no desear mirar. Me diste ese Bach que te había pedido. Cumpliste con la parte que te tocaba del pacto. Te tocó quedarte. No voy a poder cumplir. Gracias por la Saraband. Sólo así me percato.
¿Cómo es posible no haber sabido tanto? Estoy cansada.
Egon Schiele - A tree in late Autumn https://www.wikiart.org/es/egon-schiele |
Calla.
Ahora voy a enumerar mis muertes hasta exhumarme a todo lo largo de la nada. Una nada mineral es lo único que llama.
Calla.
Yo no he podido oírte. Ya no quiero ser yo. Ya no quiero ser todas las otras. Calla.
Es terrible el camino en esta acuosa soledad. No tengo una estrella a Itaca.
(Pero hacé que no cese
sin que vuelva a escucharte).
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