Fotografía de Carlos Martino https://carlosmartino.com/ |
A veces te miro y te veo como en aquel sueño. Fue un sueño raro, uno que te arranca del sueño. Que te despierta y te deja ese mal sabor en boca.
A veces te miro y deseo solo tocarte. Alcanzarte con el silencio de la piel. Abrazarte (Escucharte duele un poco). Usás las palabras para ocultar, para que yo no sepa.
A veces quisiera correr el tul, acercarme, poder rozar una superficie suave. Algo demasiado real, demasiado incómodo (tan necesario).
A veces sé que se me va la olla. Que no es bueno, que no es así como funciona. Pero, a veces, necesito que no haya el disfraz, que te quites el semblante, que me dejes mirarte sin tanto velo. Conozco el peligro de esa necesidad, pero soy mujer. Sé que hay retorno.
No digo siempre. Digo, a veces.
Dame el dragón, la serpiente, el cocodrilo. Dame una lluvia torrencial, la noche oscura. Dame lo que no se ve. Dame la duda, el temor, el trueno, la lágrima y tu carcajada. Dame lo que no querés tener. Dame vos.
A veces, solo a veces.
Hay noches que no resisten la normalidad. Hay vidas que no soportan una luna con aureola anunciando vientos cada día. No me anuncies. Dame el viento, luna.
A veces.
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