Ceremonia de máscaras - Twins Seven Seven-2012-Nigeria |
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49, el Cambio radical
49, el Cambio radical
Las raíces de la revolución del hexagrama 49 son profundas. En el hexagrama 47 vivimos la experiencia de la Opresión y nos volcamos hacia adentro para volver a conectarnos con el Pozo. Cuando se bebe de la fuente inmutable se crea la obligación del cambio en el mundo exterior.
“El camino de El Pozo no permite que no haya un cambio radical”. El cambio es fundamental para hacer que las formas y las pautas de la vida se conviertan en Calderos superiores. Como dice Jack Balkin: “Tienes que cambiar tu vida para que sea coherente con quien eres ahora”.
‘El Cambio radical: eliminar el pasado.
El Caldero: sujetar lo que renueva’.
El hexagrama 50, el Caldero, rodea firmemente un espacio sagrado en donde las energías de la vida se pueden mezclar y comunicar, y podemos concebir una materia nueva. Esta renovación no se puede hacer si no hemos erradicado completamente las viejas pautas con las que solemos reaccionar. Antes de la renovación, revolución.
Los autores del I Ching conocen esta verdad gracias a un ejemplo histórico: cuando el pueblo de los Zhou conquistó la corrupta dinastía de los Shang. Derrotar una dinastía cuyo poder había sido asegurado por el cielo desde antes de que tengamos memoria hubiera sido un Cambio radical inimaginable. Sin embargo, la revolución demostró que el mandato del cielo puede modificarse. El poder del gobierno había dejado atrás una dinastía para pasar a otra, igual que una serpiente muda de piel. Este es el cambio clave del I Ching —el que es repentino, total, que nos deja sin amarras— y el tipo de cambio que intentamos esbozar y comprender a través de las consultas.
Cuando recibimos el Cambio radical como respuesta a una pregunta, significa más o menos exactamente lo que dice: eliminar las viejas formas de comprender la vida. El dictamen dice que hay verdad y presencia en el día de Si, el día de la serpiente; es decir que es el momento de deshacernos de nuestra identidad anterior e intentar nuevas maneras de ser y de relacionarnos con los demás. El antiguo ideograma del Cambio radical es la piel de un animal: es ese poder y esa identidad con la que podría investirse el chamán.
Es posible que este nuevo poder se encuentre en la nueva piel, o puede que se nos esté pidiendo que adquiramos una. No se puede echar vino nuevo en odres viejas. Los trigramas, el fuego sobre el lago, muestran la misma idea de un modo elemental ‘una conciencia interior que se ha modificado y que derrite la forma externa ahora obsoleta’. (Karcher, Total I Ching). La nueva claridad de lo que vemos tiene que encontrar su expresión, el fuego que brilla a través del lago, como esa inteligencia desnuda en los ojos que dan vida a una máscara.
Cuenta la tradición que el agua y el fuego ponen mutuamente en suspenso la oposición (se mantienen uno al otro a raya). Estos dos mismos trigramas están en el hexagrama 38, la Oposición, enfrentados el uno al otro, en caminos que colisionan. Cuando se trata de objetivos contrapuestos (y no de una diferencia de perspectivas), obviamente, esto significa Cambio radical.
En la práctica, el punto clave de la revolución tiene que ver con el momento oportuno, con armar el plano de cómo es que el equilibrio momentáneo funciona para encontrar ese momento en el que se pueda o se deba romper. ¿Cuál es tu ‘propio día’, ese en el que tendrás verdad y fe?
La imagen describe el trabajo para encontrar el momento oportuno:
‘En el centro del lago está el fuego. El Cambio radical.
Del mismo modo, el junzi calcula los signos del cielo y define las estaciones’.
Wu Jing Nuan me dio la idea de que esto tiene que ver con la astrología. Una cosa es confiar en nuestra intuición para saber cuándo hay que sembrar y cuándo es el tiempo de la siega, pero ¿y si las flores se demoraron o si los pájaros cantaron más temprano? Las estrellas son una forma más constante y objetiva de conocer el tiempo. Las pautas duraderas que se repiten y el análisis objetivo procuran mayor seguridad que nuestras percepciones e intuiciones de un momento para el otro.
La comprensión de esto fue, precisamente, lo que le permitió a los autores del Dictamen hacer que un cambio impensable encajara en un régimen mayor de las cosas:
‘El cielo y la tierra sufren un cambio radical y se completan las cuatro estaciones.
Tang y Wu cambiaron el mandato en concordancia con el Cielo’.
Wu fundó la dinastía de los Zhou; Tang había fundado la de los Shang. El caos, las revueltas y los derramamientos de sangre eran parte del orden natural, aunque en una escala enormemente mayor (puede que las estaciones hayan demorado varios siglos en cambiar, pero, aun así, son estaciones).
Puede que este sea el tipo de cosas que tratamos de entender cuando consultamos —contar con alguna sensación de perspectiva, de noción general, algo que relativice nuestros traumas—. Incluimos los cambios dentro de nuestras narrativas y rituales, pero incluso así ¿podemos estar completamente seguras? En el corazón del Cambio radical se encuentra el hexagrama 44, El Acoplamiento, que habla de la llegada de una fuerza nueva que trae el poder para derribar el viejo orden. Nos muestra la posibilidad que habita en el Cambio radical, la de que estemos dando rienda suelta a poderes de cambio que no estaban entre nuestras intenciones o que no teníamos previstos.
Maravilloso sitio como siempre acertados y claros
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