Bird Ding Yanyong |
Algunas elucubraciones sobre el hexagrama 53
«Avance paulatino. La mujer se casa.
Ventura.
Es propicia la perseverancia».
Los hexagramas 53 y 54, El avance paulatino y La muchacha que se casa, son lo que Stephen Karcher llama «Los grandes matrimonios». Pero, entonces ¿qué quiere decir «matrimonio»?
Eso depende en gran medida del lugar desde el que se lo mire. En la antigua China, para el hombre, quería decir abrir su hogar a la recién llegada y a todos los cambios que llegarían con ella; mientras que, para la mujer, el casamiento (como para el hexagrama par, el 54) significaba llegar a un nuevo hogar. Se trata de dos experiencias completamente distintas y que funcionan de manera diferente como imágenes en las consultas. Ahora bien, en términos más generales, contraer matrimonio significa unirse, empezar a formar parte de algo que, en algún sentido es más grande que nosotros, y fusionar nuestra identidad en ese camino para que nuestro crecimiento y el de ese enlace avancen de la mano. El crecimiento y el movimiento constante son nociones centrales en el hexagrama 53. La oca de la sexta línea todavía sigue volando y, el comentario del dictamen dice: «Detenerse y penetrar: así el movimiento es inagotable».
Está claro que es un hexagrama fascinante para recibir en consultas sobre relaciones y, obviamente, que también describe un montón de otras cosas: cómo una profesión se convierte en un nuevo trabajo, cómo un negocio evoluciona por medio de relaciones que crecen, cómo alguien «retorna a su hogar», es decir, vuelve a estar saludable y sentirse íntegro. Todos los caminos de crecimiento, de transformación en conjunto, de uniones, de regresos a casa (todo tipo de enlaces).
Los hexagramas 53 y 54 se tratan ambos del casamiento de una mujer: llegar a un lugar nuevo y más grande que también es un volver a casa. Son un par invertido, dos puntos de vista de una misma experiencia (para entender lo que digo, dibujen el hexagrama 53 y giren el papel 180 grados: ahora están mirando la cosa desde el otro lado 😊). Pero también son un par complementario, dos polos opuestos que encajan entre sí y crean algo completo. Puede ser que alguien tenga que cambiar porque fue ararancado de cuajo, como a La muchacha que se casa, y se lo haya incluido en algo para lo que aún no estaba preparado, y ese es el lugar en donde tendrá que evolucionar. Pero también puede se puede evolucionar siendo parte de eso crece junto con nosotros, si bien la evolución llevará, naturalmente, el ritmo del compañero o del elemento más lento en esta unión.
«Avance paulatino: la mujer que se casa espera la iniciativa del hombre»
dice el Zagua. (A veces, esto significa que hay que esperar a la otra persona y, otras veces, que hay que esperar que alguna parte de nosotros mismos se acople al ritmo). Si no se respeta esta espera, esta gradualidad extraordinaria del hexagrama 53, no será posible ningún matrimonio. «Es propicia la perseverancia» porque el viaje es tan paulatino que fácilmente podemos olvidar (sobre todo en nuestra cultura de gratificaciones inmediatas) adónde estamos yendo o pensar que no avanzamos nada.
Si uno lo mira, parece curioso que los matrimonios aparezcan en el lugar en que lo hacen en la Secuencia. Pasamos el Cambio radical y la Revolución: se elimina lo viejo, se establece lo nuevo, luego se construye La vasija. Esto lo vivimos como una Conmoción y respondemos con La detención. Más adelante vendrán los presagios en Feng y el Mandato del cielo, pero antes, abruptamente intercalados en esta tragedia épica e histórica, hay matrimonios. En el 53.3, incluso nos topamos con ideas provenientes de grandes campañas militares y que nos sorprenden desde un punto de vista más humano:
«La oca avanza gradualmente hasta el altiplano.
El marido se marcha y no regresa,
La mujer está grávida, pero no cría al hijo.
Desventura.
Es propicio resistir a los bandidos».
El marido se ha marchado a la guerra (es el mismo ideograma al que generalmente traduzco como «ponerse en marcha para traer el orden»), y la mujer quedó sola. Estamos en el territorio de muchos de los pasajes de lamentos de los soldados en el Shijing. Soldados que caminan sobre el polvo detrás de los carros preguntándose quién alimentará a su familia. Lo único que conviene hacer es resistir a los bandidos, enfrentar a los delincuentes y, de ese modo, luchar por mantenerse dentro de la urdimbre del matrimonio y de la sociedad, incluso cuando la presión nos lleve hasta el límite.
Así que, por un lado, el hexagrama 53 es un cambio abrupto hacia lo doméstico y, por otro lado…, quizá no tan abrupto ni tan extraño después de todo. Si uno lo piensa en los términos de cómo se maneja el hijo mayor durante La conmoción para devolvernos un sentido de continuidad, y de cómo la familia es su principal garantía.
Por lo general, a este hexagrama se lo asocia con las preparaciones ceremoniales que conducen al matrimonio. Pero si uno mira las líneas, queda claro que también se trata del recorrido del matrimonio en sí. Es absolutamente importante la buena crianza de los hijos: con ellos se mantiene la cadena del mundo viviente a través de las almas de los ancestros en el cielo.
Pareciera que el recorrido de las líneas hace el viaje en la misma dirección, desde la orilla hasta el altiplano y más allá. El altiplano no es un buen lugar para que vivan las ocas, claro, y por eso a la tercera línea se la asocia con un fracaso estruendoso a la hora de criar a un niño. Sin embargo, en la línea sexta, me imagino a una pareja cuyo recorrido ha ido más allá de la edad de la crianza. «Sus plumas pueden usarse para las danzas sagradas. Ventura». Según Richard Rutt, se trata de «una danza ritual que se realiza ante el santuario de los ancestros». Y Bradford Hatcher dice «Lean el verso budista del Sutra del corazón: "gate gate paragate parasamgate bodhi svaha» (Partir, partir. Partir a lo alto. Partir completamente. Despertar. ¡Viva!).
El avance paulatino es una corriente constante hasta el objetivo y más allá de él. Ya se puede ver en el nombre del hexagrama, en el ideograma chino, que no se trata de un avance precipitado.
LiSe explica sus elementos: hay agua que corre, hay la rueda y el canal por donde fluye el agua. Un flujo de agua es una fuerza poderosa, corre libre, puede arrasar con todo lo que tenemos, pero si se canaliza, aporta vida y fortaleza. O bien, como dice Ernest Thompson Seton (uno de mis escritores favoritos):
«Hay magia en el agua que corre. ¿Quién no la conoce o no siente algo por el estilo? El constructor del ferrocarril no tiene miedo de armar estructuras en una ciénaga, en un lago o a orillas del mismo mar, pero, apenas se topa con un cauce en el que el agua corre, lo trata con un respeto enorme, analiza las aspiraciones del agua, sus maneras, y le brinda todo aquello que supone que ella le pide».
El matrimonio es un «canal» en sí mismo:
«El amor entre un hombre y una mujer que supone el matrimonio (y las emociones y celos que provoca) se consideraban emociones fuertes y peligrosas capaces de duplicar la fuerza creativa del cosmos, la comunicación entre el cielo y la Tierra. Ese amor se canalizaba y articulaba en ritos matrimoniales y en celebraciones del Río-Montaña, y se consideraba una imagen del proceso fundamental del cambio».
Esto es del libro de Karcher, Total I Ching, y creo que es un aspecto importante en el 53: estamos desafiando una fuerza motriz poderosa y potencialmente destructiva hacia formas creativas y de sustento vital. Hay otros hexagramas que también hablan acerca de controlar y responder a energías muy fuertes (el 10 y el 11 se me vienen a la cabeza); pero el 53 pone especialmente de relieve su carácter gradual para que se convierta en un viaje y «sea propicia la perseverancia’»
La imagen también habla de la gradualidad del cambio:
«Sobre la montaña hay un árbol. Avance paulatino.
El Junzi mora en la virtud de su carácter y mejora lo ordinario».
El Junzi mora como la montaña y crece en influencia igual que el árbol.
«El árbol de la montaña crece muy lentamente si se lo compara con el del valle; necesita desarrollar raíces muy profundas. A medida que crece, crea un microhábitat a su alrededor y paulatina y sutilmente va modificando la naturaleza de su entorno. El carácter virtuoso del noble tiene el mismo efecto, hace que la vida cotidiana evolucione paulatinamente en sus hábitos. Con la quietud y la firmeza interior de la montaña, se planta en sus principios más elevados, como si se tratara del hogar, y se expande en bondad igual que un árbol que crece».
(Eso es de mi libro. ¡Todavía no se me ocurre mucho más que agregar!)
Es interesante compararlo con el hexagrama de los esponsales, el 31, La influencia (el 31, para que sepan, no es par con su hexagrama complementario, sino que lo forman trigramas complementarios, pero esto es toda otra cuestión) que también habla del matrimonio, pero desde el punto de vista del hombre: «tomar a una mujer, ventura». Y también tiene la montaña en el trigrama interior que le hace espacio al lago en su cima (o podríamos decir que el lago le regala apertura a la montaña), y entonces el «noble acepta a las personas por el vacío». El hexagrama 53 es el casamiento de la mujer que se integra al espacio nuevo y que, con el trigrama exterior xun, hunde sus raíces en la montaña o transforma a la montaña (que heredó del 52) y la convierte en materia orgánica. Hace que la independencia se vuelva crecimiento a través de la conexión.
Hasta acá de elucubraciones por ahora. ¿Alguna idea?
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