La riqueza de Hilary Barrett para el 63
Original post in English: https://www.onlineclarity.co.uk/answers/series/hexagram-63/
Hexagrama 63, Ya cruzando (un comienzo)
Parece que un buen hexagrama sobre el que escribir al cierre del año es el 63, con toda su temática de finales y comienzos.
Obviamente, los hexagramas 63 y 64 están al final del I Ching y hablan de conclusiones y arribos (o no). El orden en la secuencia, primero el hexagrama Ya cruzando y, al final, el hexagrama Aún no cruzando, parece un chiste. A pesar de todo lo que se ha escrito sobre el hexagrama 63 respecto a cómo todo parece haber ocupado por fin el lugar que le corresponde, resulta que de lo que se trata es de que no está todo terminado y lo que conviene es seguir avanzando, mantener la vista al frente.
Perseverancia, ventura, se desvanece es arrepentimiento.
El hombre del trueno lo usa para atacar el territorio de los demonios.
Después de tres años hay recompensas en la gran ciudad.
El alto antepasado fue un gobernante Shang que venció al territorio de los Demonios (Guifang). El hombre del trueno probablemente haya sido un general Zhou comandado por un líder Shang, que tuvo que volver a vencer a los demonios.
Los Zhou lucharon con valentía, cruzaron el río, asumieron el mandato del cielo... ¿y ahora qué?
Comenzar, ventura.
Finalizar, caos.
Ahora bien, esto, en la práctica, no significa que todo se va a ir a pique al final, es mejor leerlo como una alternativa: si comenzamos, todo bien; si terminamos, todo un caos. El Tuanzhuan (Comentario) dice:
El principio es auspicioso, lo suave gana el centro (hay una línea partida en el segundo lugar). Detenerse al final significa confusión; el dao se agota.
Es la detención lo que crea el problema. Si decidimos quedarnos inmóviles cuando ya hemos recorrido la mitad del camino por una orilla fangosa (¡lean la línea 1!), sólo puede haber un resultado. Y a la inversa, existe la sensación de que el avance es lo que crea el camino, de modo que, apenas nos quedamos quietos el camino se agota.
O sea que, en las lecturas, puede querer decir: no pierdas el impulso, todo el tiempo estás empezando.
Sin embargo, también puede querer decir que nos preparemos para afrontar problemas porque solo los comienzos pueden ser ordenados. (No dice «finalizar, desventura», después de todo). El ideograma para comenzar está formado por un cuchillo que corta una tela. Para mí, refleja ese momento fantástico, normalmente a principios de año, cuando hacemos planes y podemos visualizar con perfecta claridad la forma que queremos crear, como contestar todos los correos y vaciar la bandeja de entrada, trabajar de forma eficiente, todas esas ideas preciosas.
Y después, resulta que el punto número 59 de la lista de 132 cosas es algo que no tenemos ni la menor idea de cómo se hace, y de los puntos 60 al 70 salen conejitos que nos arrastran con su entusiasmo, así que, en realidad, la lista tiene como 337 elementos, o tal vez más, ¿quién sabe?. Entonces, nos desanimamos y nos inmovilizamos y terminamos con el barro al cuello en el mes de febrero. (Revisando mi diario, obtengo mayormente al 63 como hexagrama principal en preguntas sobre el trabajo. Todavía sigo aprendiendo a estar siempre comenzando... apropiado, supongo...)
La decisión, por muy épica que parezca en ese momento, es solo la parte fácil.
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Hexagrama 63, Ya cruzando (un comienzo)
Parece que un buen hexagrama sobre el que escribir al cierre del año es el 63, con toda su temática de finales y comienzos.
Obviamente, los hexagramas 63 y 64 están al final del I Ching y hablan de conclusiones y arribos (o no). El orden en la secuencia, primero el hexagrama Ya cruzando y, al final, el hexagrama Aún no cruzando, parece un chiste. A pesar de todo lo que se ha escrito sobre el hexagrama 63 respecto a cómo todo parece haber ocupado por fin el lugar que le corresponde, resulta que de lo que se trata es de que no está todo terminado y lo que conviene es seguir avanzando, mantener la vista al frente.
El nombre del hexagrama es ji ji: ya en cruce. Como podemos ver gracias al sitio de LiSe, el ideograma para «ya» es un hombre que se aleja de un recipiente con alimentos: ya comió. Y «cruzar» tiene dos partes: el río y un signo de las cosas que son limpias, están unidas, completas, como un campo de granos listo para la cosecha. Si se los junta, la palabra significa «cruzar un río» y también «ayudar o rescatar». (Aunque todavía no he visto el significado de «rescatar» en ninguna consulta ¿alguien?).
El cruce del río es una imagen potente e importante en el I Ching. Está claro que con la expresión «cruzar el gran río» se describe un compromiso significativo y arriesgado. Cruzar ríos, en la antigua China, era peligroso en general, no era algo que alguien emprendía si todavía no estaba seguro de la dirección que pensaba tomar. La imagen también tiene otros dos orígenes particulares: uno es de carácter militar y el otro tiene que ver con el matrimonio. Los Zhou tenían que cruzar un gran río para ingresar en el territorio dominado por el régimen de los Shang, la dinastía a la que fueron llamados a derrocar. Y, como parte de los rituales matrimoniales, el hombre y la mujer cruzaban un río para encontrarse. Las dos formas nos dan herramientas interesantes para pensar en el tipo de compromiso que puede representar el cruce del río hoy en las nuestras consultas, ya sea cuando aparece la expresión «cruzar el gran río» propiamente dicha o cuando nos salen los hexagramas 63 y 64.
Es decir que, cuando cruzamos el río, el compromiso ya está establecido, y hemos llegado a un nuevo lugar (lo que significa que acabamos de empezar, no que ya llegamos). En las consultas, apunta a algo que ya se ha decidido o que ya está presente. Sin mutaciones puede querer decir, «Esta no es realmente una pregunta, porque la decisión ya está tomada». Como hexagrama principal, nos hace poner la atención en aquellos compromisos que ya asumimos: «con esto tendremos que trabajar ahora». Y como hexagrama derivado, a menudo parece estar diciendo, «No podemos mirar esto desde afuera porque estamos inmersos en el proceso». Ya está en marcha, algo así como el procesamiento de datos invisible de una computadora o, tal vez, como si se tratara de un sistema operativo.
Como la sensación de que el 63 nos habla de algo que ya está en curso tiene tanta potencia, Stephen Karcher en el Total I Ching traduce el nombre del hexagrama por «Ya cruzar» y sus primeras palabras clave para el hexagrama son "comenzado, en curso, en progreso". Hay dos aspectos en el 63: hay algo que ya está totalmente decidido y, por lo tanto, «completo» y hay algo que está en curso, definitivamente no concluido.
El dictamen para el 63:
Ya cruzando crea un éxito pequeño.
Es propicia la perseverancia.
Comenzar, ventura.
Finalizar, caos.
Resuena algo de la Canción 255
Poderoso es el Dios en las alturas,
Gobernante de su pueblo que está abajo;
Ágil y terrible es el Dios en las alturas,
Su encargo tiene muchos estatutos.
El cielo pare las multitudes del pueblo,
Pero no podemos contar con ese encargo.
Comenzar bien es normal,
Terminar bien es insólito.
(Las palabras para comenzar y terminar son las mismas, y para «encargo» la palabra es ming: mandato).
Después de tremenda manifestación, los siguientes versos de la canción relatan advertencias del Rey Wen de los Zhou al corrupto Shang. Le indican que se rectifique. Y concluye de una manera ominosa: «El espejo de los Yin [es decir, Shang] no se hará esperar, son los tiempos del Señor Xia». Los Xia habían empezado bien y terminado mal, habían sido derrocados por los Shang cuando se hundieron en la corrupción. Ahora los Shang seguían el mismo camino y sufrirían el mismo destino, pero a manos de los Zhou.
Así que los Shang encontraron su espejo en los Xia. Ahora, en el Hexagrama 63, los Zhou ya han cruzado el río y comenzado bien... ¿podrían encontrar también su espejo? Podemos tener una pista en las líneas 63.3 y 64.4 (uno de los pares de líneas más claramente «en espejo» del libro):
El alto antepasado ataca al territorio de los demonios.
Después de tres años lo domina.
La gente pequeña no ha de usarse.
El cruce del río es una imagen potente e importante en el I Ching. Está claro que con la expresión «cruzar el gran río» se describe un compromiso significativo y arriesgado. Cruzar ríos, en la antigua China, era peligroso en general, no era algo que alguien emprendía si todavía no estaba seguro de la dirección que pensaba tomar. La imagen también tiene otros dos orígenes particulares: uno es de carácter militar y el otro tiene que ver con el matrimonio. Los Zhou tenían que cruzar un gran río para ingresar en el territorio dominado por el régimen de los Shang, la dinastía a la que fueron llamados a derrocar. Y, como parte de los rituales matrimoniales, el hombre y la mujer cruzaban un río para encontrarse. Las dos formas nos dan herramientas interesantes para pensar en el tipo de compromiso que puede representar el cruce del río hoy en las nuestras consultas, ya sea cuando aparece la expresión «cruzar el gran río» propiamente dicha o cuando nos salen los hexagramas 63 y 64.
Es decir que, cuando cruzamos el río, el compromiso ya está establecido, y hemos llegado a un nuevo lugar (lo que significa que acabamos de empezar, no que ya llegamos). En las consultas, apunta a algo que ya se ha decidido o que ya está presente. Sin mutaciones puede querer decir, «Esta no es realmente una pregunta, porque la decisión ya está tomada». Como hexagrama principal, nos hace poner la atención en aquellos compromisos que ya asumimos: «con esto tendremos que trabajar ahora». Y como hexagrama derivado, a menudo parece estar diciendo, «No podemos mirar esto desde afuera porque estamos inmersos en el proceso». Ya está en marcha, algo así como el procesamiento de datos invisible de una computadora o, tal vez, como si se tratara de un sistema operativo.
Como la sensación de que el 63 nos habla de algo que ya está en curso tiene tanta potencia, Stephen Karcher en el Total I Ching traduce el nombre del hexagrama por «Ya cruzar» y sus primeras palabras clave para el hexagrama son "comenzado, en curso, en progreso". Hay dos aspectos en el 63: hay algo que ya está totalmente decidido y, por lo tanto, «completo» y hay algo que está en curso, definitivamente no concluido.
El dictamen para el 63:
Ya cruzando crea un éxito pequeño.
Es propicia la perseverancia.
Comenzar, ventura.
Finalizar, caos.
Resuena algo de la Canción 255
Poderoso es el Dios en las alturas,
Gobernante de su pueblo que está abajo;
Ágil y terrible es el Dios en las alturas,
Su encargo tiene muchos estatutos.
El cielo pare las multitudes del pueblo,
Pero no podemos contar con ese encargo.
Comenzar bien es normal,
Terminar bien es insólito.
(Las palabras para comenzar y terminar son las mismas, y para «encargo» la palabra es ming: mandato).
Después de tremenda manifestación, los siguientes versos de la canción relatan advertencias del Rey Wen de los Zhou al corrupto Shang. Le indican que se rectifique. Y concluye de una manera ominosa: «El espejo de los Yin [es decir, Shang] no se hará esperar, son los tiempos del Señor Xia». Los Xia habían empezado bien y terminado mal, habían sido derrocados por los Shang cuando se hundieron en la corrupción. Ahora los Shang seguían el mismo camino y sufrirían el mismo destino, pero a manos de los Zhou.
Así que los Shang encontraron su espejo en los Xia. Ahora, en el Hexagrama 63, los Zhou ya han cruzado el río y comenzado bien... ¿podrían encontrar también su espejo? Podemos tener una pista en las líneas 63.3 y 64.4 (uno de los pares de líneas más claramente «en espejo» del libro):
El alto antepasado ataca al territorio de los demonios.
Después de tres años lo domina.
La gente pequeña no ha de usarse.
Perseverancia, ventura, se desvanece es arrepentimiento.
El hombre del trueno lo usa para atacar el territorio de los demonios.
Después de tres años hay recompensas en la gran ciudad.
El alto antepasado fue un gobernante Shang que venció al territorio de los Demonios (Guifang). El hombre del trueno probablemente haya sido un general Zhou comandado por un líder Shang, que tuvo que volver a vencer a los demonios.
Los Zhou lucharon con valentía, cruzaron el río, asumieron el mandato del cielo... ¿y ahora qué?
Comenzar, ventura.
Finalizar, caos.
Ahora bien, esto, en la práctica, no significa que todo se va a ir a pique al final, es mejor leerlo como una alternativa: si comenzamos, todo bien; si terminamos, todo un caos. El Tuanzhuan (Comentario) dice:
El principio es auspicioso, lo suave gana el centro (hay una línea partida en el segundo lugar). Detenerse al final significa confusión; el dao se agota.
Es la detención lo que crea el problema. Si decidimos quedarnos inmóviles cuando ya hemos recorrido la mitad del camino por una orilla fangosa (¡lean la línea 1!), sólo puede haber un resultado. Y a la inversa, existe la sensación de que el avance es lo que crea el camino, de modo que, apenas nos quedamos quietos el camino se agota.
O sea que, en las lecturas, puede querer decir: no pierdas el impulso, todo el tiempo estás empezando.
Sin embargo, también puede querer decir que nos preparemos para afrontar problemas porque solo los comienzos pueden ser ordenados. (No dice «finalizar, desventura», después de todo). El ideograma para comenzar está formado por un cuchillo que corta una tela. Para mí, refleja ese momento fantástico, normalmente a principios de año, cuando hacemos planes y podemos visualizar con perfecta claridad la forma que queremos crear, como contestar todos los correos y vaciar la bandeja de entrada, trabajar de forma eficiente, todas esas ideas preciosas.
Y después, resulta que el punto número 59 de la lista de 132 cosas es algo que no tenemos ni la menor idea de cómo se hace, y de los puntos 60 al 70 salen conejitos que nos arrastran con su entusiasmo, así que, en realidad, la lista tiene como 337 elementos, o tal vez más, ¿quién sabe?. Entonces, nos desanimamos y nos inmovilizamos y terminamos con el barro al cuello en el mes de febrero. (Revisando mi diario, obtengo mayormente al 63 como hexagrama principal en preguntas sobre el trabajo. Todavía sigo aprendiendo a estar siempre comenzando... apropiado, supongo...)
La decisión, por muy épica que parezca en ese momento, es solo la parte fácil.
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