La riqueza de Hilary Barrett para el 64
Original post in English: https://www.onlineclarity.co.uk/answers/2019/11/19/hexagram-64-not-yet-across/
Hexagrama 64: Aún no cruzando
El nombre y su naturaleza
Al final del I Ching, viene el hexagrama llamado Aún no cruzando: la materialización misma de la incompletitud y la imperfección, una especie de elipsis con forma de hexagrama. Es una broma magnífica del tamaño del oráculo que se muere de risa de nuestras pretensiones de prolijidad y orden.
El nombre chino tiene dos ideogramas: 未濟, wei que significa «aún no» y ji que significa «cruzar». El ideograma 未, wei, representa a un árbol cuyos brotes aún no florecieron. Curiosamente, el mismo ideograma es parte de mei, 妹, que significa «doncella», como en el Hexagrama 54, La muchacha que se casa. Etimológicamente, doncella es alguien «aún-no-mujer».
濟 ji, cruzar, es el mismo ideograma que aparece en el Hexagrama 63, Ya cruzando. Escribí antes sobre eso:
«El ideograma para "cruzar" se compone de dos partes: el río y un signo que representa a las cosas que están bien, unidas y completas, como una plantación de granos lista para la cosecha. Ambos signos juntos significan cruzar un río […]
El cruce del río es una imagen potente e importante en el I Ching. Está claro que con la expresión "cruzar el gran río" se describe un compromiso significativo y arriesgado. Cruzar ríos, en la antigua China, era peligroso en general, no era algo que alguien emprendía si todavía no estaba seguro de la dirección que pensaba tomar.
La imagen también tiene otros dos orígenes particulares: uno es de carácter militar y el otro tiene que ver con el matrimonio. Los Zhou tenían que cruzar un gran río para ingresar en el territorio dominado por el régimen de los Shang, la dinastía a la que fueron llamados a derrocar. Y, como parte de los rituales matrimoniales, el hombre y la mujer cruzaban un río para encontrarse. Las dos formas nos dan herramientas interesantes para pensar en el tipo de compromiso que puede representar el cruce del río hoy en las nuestras consultas, ya sea cuando aparece la expresión "cruzar el gran río" propiamente dicha o cuando nos salen los hexagramas 63 y 64».
El dilema del zorro
Aún no cruzando crea el éxito.
El pequeño zorro, casi cruzando,
Si se le moja la cola:
Es provechoso no tener una dirección.
(Dictamen del hexagrama 64)
La tradición dice que se trata de un zorro que intenta cruzar un río congelado y caminar sobre la capa de hielo sin caerse.
En el Libro de las odas podemos encontrar algunas pistas sobre el significado simbólico del zorro. Hay canciones sobre el cruce de un río para encontrarse con la pareja y, también, hay zorros al acecho en las odas de cortejo.
El zorro del Hexagrama 64 parece tener mucho que ver con el matrimonio y, de hecho, he visto en bastantes consultas en las que el I Ching representaba con este zorro a candidatos con fobia al compromiso.
Pero no se trata sólo de la vacilación: el zorro está en peligro de verdad. Encontré esta inusual historia sobre un zorro que se fue a pique cuando intentaba cruzar un río congelado, lo inusual es que lo rescataron. Hay muchas historias de zorros que se mueren en ríos congelados: se atascan, se caen, se congelan. También muchos cuentos populares con animales (zorros incluidos) que, cuando tratan de pescar en agujeros en el hielo, sus colas se quedan atascadas. Si al zorro se le moja la cola, se le va a poner pesada, va a tener que llevarla a la rastra por el hielo, y es difícil moverse con una cola congelada. En ese caso, es provechoso no tener una dirección.
Por ende, el cruce de este río implica un riesgo real. Podemos estar casi en la meta y, aun así, atascarnos, «no llegar hasta el final», como dice el Tuanzhuan (Comentario). Vamos a tener que comprobar muy, pero muy bien el estado del hielo antes de asumir compromisos, y andar con las orejas bien paradas mientras hacemos el cruce.
Este es uno de esos casos en los que la idea «es provechoso no tener una dirección» se puede interpretar de dos maneras. Por un lado, parece que si se nos atasca la cola, aunque tiremos para allá y para acá, no vamos a poder zafar. Por el otro, parece que si nos movemos sin una ruta definida y respondemos a lo que nos dictan las circunstancias en cada caso, es posible que logremos cruzar.
Aún no cruzando como hexagrama principal y derivado
Cuando Aún no cruzando es el hexagrama derivado (el que aparece cuando cambiamos todas las líneas que mutan) es muy probable que esté describiendo algún miedo al compromiso. (¿Y si sigo y después no puedo volver atrás?). En algunas de mis consultas, mirándolas ahora, a veces hubiera estado muy bien asumir el compromiso, en otros casos no tanto y en otro montón de circunstancias, todavía no lo tengo claro.
Cuando aparece como hexagrama principal (el que nos salió en la consulta), nos dice que es menos importante nuestra actitud mental que el hecho de que la naturaleza de la situación no está resuelta. Encontré toda una serie de ejemplos en mi diario en los que ya había encontrado una solución al problema por el que consultaba, pero, por alguna razón, quería seguir buscando. A veces, es por ese tema de que las cosas tienen mejor apariencia cuando se las mira de lejos, pero, otras veces, me describía una situación en pleno desarrollo que no estaba todavía en condiciones de poder resolverse. Tal vez, en esos casos, siempre voy a manejarme como lo hace el zorro, pisando con cuidado para encontrar la mejor manera de caminar sobre el hielo.
Por eso, el hexagrama 64 se puede percibir como algo muy frustrante, sobre todo cuando sabemos que habíamos «arribado» en el hexagrama 63. ¿Así que ya estaba todo hecho? Puede ser, pero todo sigue por hacerse todavía.
Las cosas no pueden finalizar definitivamente, por eso, sigue el signo de Aún no cruzando y, entonces, la completitud.
(Secuencia del hexagrama 63).
La muchacha que se casa: completitud para la mujer.
Aún no cruzando: agotamiento de lo masculino.
(La Zagua)
Aquí «lo masculino» se puede pensar como el uso de la fuerza para alcanzar resultados: hay un objetivo, y empujamos en esa dirección. Los dictámenes de estos dos hexagramas nos dicen que lo provechoso es no tener una dirección y, la verdad, la situación en la que está la muchacha que se casa no es muy diferente a la del zorro. No puede elegir su propio camino y no tiene otra alternativa que la de responder a lo que le toca.
Para entender el hexagrama 64 y poder responder de manera inteligente, es probable que necesitemos un enfoque menos «masculino». Aquí hay un río (que no necesariamente vamos a terminar de cruzar) o una conquista, como la del territorio de los demonios (que puede ser de nunca acabar).
Ya cruzando, Aún no cruzando y el territorio de los demonios
Como dije antes, los hexagramas 63 y 64 tienen una relación singularmente estrecha: son el par inverso y opuesto del otro. Además, son el hexagrama nuclear y el hexagrama con los trigramas invertidos el uno del otro. Este entrelazamiento estructural se traduce también en una cercanía temática. Siempre existe la sensación de que la línea divisoria entre ellos es muy delgada, y que nunca estamos tan lejos de su hexagrama par.
La cercanía es patente en la 63.3:
El alto antepasado ataca al territorio de los demonios.
Después de tres años lo domina.
La gente pequeña no ha de usarse.
(Línea 3 hexagrama 63)
Y la 64.4:
Perseverancia, ventura, se desvanece es arrepentimiento.
El hombre del trueno lo usa para atacar el territorio de los demonios.
Después de tres años hay recompensas en la gran ciudad.
(Línea 4 del hexagrama 64)
Estas son dos líneas «emparejadas». De hecho, son la misma línea pero mirada desde dos hexagramas invertidos.
El territorio de los demonios es el nombre de un estado de frontera que tuvo bajo constante amenaza a la paz de los Shang y, más tarde, la de los Zhou. El alto antepasado fue el rey Shang de nombre Wu Ding (quien, según sabemos, finalmente sometió al enemigo después de una campaña de tres años).
¿Y el hombre del trueno que hizo otra campaña de tres años en la 64.4? Se cree que fue un general de los Zhou que hizo la guerra en nombre de sus señores Shang un siglo o más después de Wu Ding.
Esto nos podría dar una idea de la fuerza de los Zhou, de su crecimiento, y, al mismo tiempo, expresa con claridad que la victoria de Wu Ding no fue para nada definitiva. Imagino, además, que todo el mundo en los tiempos de la dinastía Zhou habrá sabido que tampoco este problemita con el territorio de los demonios iba a quedar resuelto de una vez y para siempre con la victoria del hombre del trueno.
En las consultas, esta línea nos marca todas esas cosas que vuelven y vuelven, y nos atormentan, nos intranquilizan, no nos dejan en paz. Pero no solo se muestran en las palabras de estas líneas, sino también en la propia estructura de los hexagramas. En primer lugar, las líneas emparejadas se reflejan entre sí. Y, en segundo lugar, cuando mutan estas líneas, nos llevan de vuelta a los hexagramas 3 y 4: la brecha más grande que puede haber entre un hexagrama y otro cuando solo muta una línea. Parece una advertencia bastante contundente: «así que te creías que habías terminado, bueno, estás volviendo a donde empezaste otra vez».
El fuego, el agua y los bigotes
Los trigramas que forman el Hexagrama 64 son (igual que en el 63, Ya cruzando) el fuego y el agua. Son trigramas complementarios. Si los miramos juntos, podemos ver que las líneas yang encajan perfectamente en los espacios de las líneas yin. Todo está en orden. El fuego y el agua van juntos, si colocamos el agua arriba del fuego se forma vapor, podemos cocinar alimentos... Pero, en el hexagrama Aún no cruzando todos los elementos correctos están en el lugar incorrecto, el gran tema es ordenarlos.
El fuego mora encima del agua. Aún no cruzando.
El noble diferencia cuidadosamente un ser del otro para que cada uno llegue a ocupar su lugar.
(Imagen del hexagrama 64)
El noble aprovecha la luz del fuego que está arriba para iluminar las corrientes de abajo. Me recuerda al zorro en el hielo: con las orejas paradas, los bigotes sensibles, todo para poder percibir lo que se mueve debajo de las patas.
El noble «diferencia» (como lo hacía en la imagen del hexagrama 13) es decir, discierne, discrimina, aclara y, por ende, administra, gobierna. Aquí, lo hace cuidadosamente (慎) un ideograma cuyo radical significa corazón. Las cualidades del agua: el flujo y la profundidad de las emociones también forman parte de todo esto.
¿Pero qué quiere decir «diferenciar un ser del otro» con el corazón? Creo que Balkin lo expresó espectacularmente:
"Hay que comprender los elementos que componen la situación y todas las fuerzas que hay a nuestro alcance. Debemos lograr que las personas trabajen juntan, no una contra la otra. Hay que sincronizar nuestros recursos para que funcionen en armonía, no de forma azarosa o sin ningún orden".
Jack Balkin, The Laws of Change
Ahora bien, esto también puede ser un proceso interno, una especie de inteligencia emocional. Por ejemplo, esta renuencia que sentimos ¿es sólo producto del miedo o es nuestra intuición que ha tomado el timón? Este tipo de preguntas para tratar de encontrar el lugar indicado a nuestras propias ideas y reacciones es también el tipo de trabajo que hay que hacer en el 64. Además, es una tarea imprescindible para un zorro.
Original post in English: https://www.onlineclarity.co.uk/answers/2019/11/19/hexagram-64-not-yet-across/
Hexagrama 64: Aún no cruzando
El nombre y su naturaleza
Al final del I Ching, viene el hexagrama llamado Aún no cruzando: la materialización misma de la incompletitud y la imperfección, una especie de elipsis con forma de hexagrama. Es una broma magnífica del tamaño del oráculo que se muere de risa de nuestras pretensiones de prolijidad y orden.
El nombre chino tiene dos ideogramas: 未濟, wei que significa «aún no» y ji que significa «cruzar». El ideograma 未, wei, representa a un árbol cuyos brotes aún no florecieron. Curiosamente, el mismo ideograma es parte de mei, 妹, que significa «doncella», como en el Hexagrama 54, La muchacha que se casa. Etimológicamente, doncella es alguien «aún-no-mujer».
濟 ji, cruzar, es el mismo ideograma que aparece en el Hexagrama 63, Ya cruzando. Escribí antes sobre eso:
«El ideograma para "cruzar" se compone de dos partes: el río y un signo que representa a las cosas que están bien, unidas y completas, como una plantación de granos lista para la cosecha. Ambos signos juntos significan cruzar un río […]
El cruce del río es una imagen potente e importante en el I Ching. Está claro que con la expresión "cruzar el gran río" se describe un compromiso significativo y arriesgado. Cruzar ríos, en la antigua China, era peligroso en general, no era algo que alguien emprendía si todavía no estaba seguro de la dirección que pensaba tomar.
La imagen también tiene otros dos orígenes particulares: uno es de carácter militar y el otro tiene que ver con el matrimonio. Los Zhou tenían que cruzar un gran río para ingresar en el territorio dominado por el régimen de los Shang, la dinastía a la que fueron llamados a derrocar. Y, como parte de los rituales matrimoniales, el hombre y la mujer cruzaban un río para encontrarse. Las dos formas nos dan herramientas interesantes para pensar en el tipo de compromiso que puede representar el cruce del río hoy en las nuestras consultas, ya sea cuando aparece la expresión "cruzar el gran río" propiamente dicha o cuando nos salen los hexagramas 63 y 64».
El dilema del zorro
Aún no cruzando crea el éxito.
El pequeño zorro, casi cruzando,
Si se le moja la cola:
Es provechoso no tener una dirección.
(Dictamen del hexagrama 64)
La tradición dice que se trata de un zorro que intenta cruzar un río congelado y caminar sobre la capa de hielo sin caerse.
En el Libro de las odas podemos encontrar algunas pistas sobre el significado simbólico del zorro. Hay canciones sobre el cruce de un río para encontrarse con la pareja y, también, hay zorros al acecho en las odas de cortejo.
El zorro del Hexagrama 64 parece tener mucho que ver con el matrimonio y, de hecho, he visto en bastantes consultas en las que el I Ching representaba con este zorro a candidatos con fobia al compromiso.
Pero no se trata sólo de la vacilación: el zorro está en peligro de verdad. Encontré esta inusual historia sobre un zorro que se fue a pique cuando intentaba cruzar un río congelado, lo inusual es que lo rescataron. Hay muchas historias de zorros que se mueren en ríos congelados: se atascan, se caen, se congelan. También muchos cuentos populares con animales (zorros incluidos) que, cuando tratan de pescar en agujeros en el hielo, sus colas se quedan atascadas. Si al zorro se le moja la cola, se le va a poner pesada, va a tener que llevarla a la rastra por el hielo, y es difícil moverse con una cola congelada. En ese caso, es provechoso no tener una dirección.
Por ende, el cruce de este río implica un riesgo real. Podemos estar casi en la meta y, aun así, atascarnos, «no llegar hasta el final», como dice el Tuanzhuan (Comentario). Vamos a tener que comprobar muy, pero muy bien el estado del hielo antes de asumir compromisos, y andar con las orejas bien paradas mientras hacemos el cruce.
Este es uno de esos casos en los que la idea «es provechoso no tener una dirección» se puede interpretar de dos maneras. Por un lado, parece que si se nos atasca la cola, aunque tiremos para allá y para acá, no vamos a poder zafar. Por el otro, parece que si nos movemos sin una ruta definida y respondemos a lo que nos dictan las circunstancias en cada caso, es posible que logremos cruzar.
Aún no cruzando como hexagrama principal y derivado
Cuando Aún no cruzando es el hexagrama derivado (el que aparece cuando cambiamos todas las líneas que mutan) es muy probable que esté describiendo algún miedo al compromiso. (¿Y si sigo y después no puedo volver atrás?). En algunas de mis consultas, mirándolas ahora, a veces hubiera estado muy bien asumir el compromiso, en otros casos no tanto y en otro montón de circunstancias, todavía no lo tengo claro.
Cuando aparece como hexagrama principal (el que nos salió en la consulta), nos dice que es menos importante nuestra actitud mental que el hecho de que la naturaleza de la situación no está resuelta. Encontré toda una serie de ejemplos en mi diario en los que ya había encontrado una solución al problema por el que consultaba, pero, por alguna razón, quería seguir buscando. A veces, es por ese tema de que las cosas tienen mejor apariencia cuando se las mira de lejos, pero, otras veces, me describía una situación en pleno desarrollo que no estaba todavía en condiciones de poder resolverse. Tal vez, en esos casos, siempre voy a manejarme como lo hace el zorro, pisando con cuidado para encontrar la mejor manera de caminar sobre el hielo.
Por eso, el hexagrama 64 se puede percibir como algo muy frustrante, sobre todo cuando sabemos que habíamos «arribado» en el hexagrama 63. ¿Así que ya estaba todo hecho? Puede ser, pero todo sigue por hacerse todavía.
Las cosas no pueden finalizar definitivamente, por eso, sigue el signo de Aún no cruzando y, entonces, la completitud.
(Secuencia del hexagrama 63).
En La Zagua, la décima ala del I Ching, donde se describen los pares de hexagramas de contraste, no se compara al 64 con el 63, sino con el 54: La muchacha que se casa, o la «Aún-no-mujer»:
La muchacha que se casa: completitud para la mujer.
Aún no cruzando: agotamiento de lo masculino.
(La Zagua)
Aquí «lo masculino» se puede pensar como el uso de la fuerza para alcanzar resultados: hay un objetivo, y empujamos en esa dirección. Los dictámenes de estos dos hexagramas nos dicen que lo provechoso es no tener una dirección y, la verdad, la situación en la que está la muchacha que se casa no es muy diferente a la del zorro. No puede elegir su propio camino y no tiene otra alternativa que la de responder a lo que le toca.
Para entender el hexagrama 64 y poder responder de manera inteligente, es probable que necesitemos un enfoque menos «masculino». Aquí hay un río (que no necesariamente vamos a terminar de cruzar) o una conquista, como la del territorio de los demonios (que puede ser de nunca acabar).
Ya cruzando, Aún no cruzando y el territorio de los demonios
Como dije antes, los hexagramas 63 y 64 tienen una relación singularmente estrecha: son el par inverso y opuesto del otro. Además, son el hexagrama nuclear y el hexagrama con los trigramas invertidos el uno del otro. Este entrelazamiento estructural se traduce también en una cercanía temática. Siempre existe la sensación de que la línea divisoria entre ellos es muy delgada, y que nunca estamos tan lejos de su hexagrama par.
La cercanía es patente en la 63.3:
El alto antepasado ataca al territorio de los demonios.
Después de tres años lo domina.
La gente pequeña no ha de usarse.
(Línea 3 hexagrama 63)
Y la 64.4:
Perseverancia, ventura, se desvanece es arrepentimiento.
El hombre del trueno lo usa para atacar el territorio de los demonios.
Después de tres años hay recompensas en la gran ciudad.
(Línea 4 del hexagrama 64)
Estas son dos líneas «emparejadas». De hecho, son la misma línea pero mirada desde dos hexagramas invertidos.
El territorio de los demonios es el nombre de un estado de frontera que tuvo bajo constante amenaza a la paz de los Shang y, más tarde, la de los Zhou. El alto antepasado fue el rey Shang de nombre Wu Ding (quien, según sabemos, finalmente sometió al enemigo después de una campaña de tres años).
¿Y el hombre del trueno que hizo otra campaña de tres años en la 64.4? Se cree que fue un general de los Zhou que hizo la guerra en nombre de sus señores Shang un siglo o más después de Wu Ding.
Esto nos podría dar una idea de la fuerza de los Zhou, de su crecimiento, y, al mismo tiempo, expresa con claridad que la victoria de Wu Ding no fue para nada definitiva. Imagino, además, que todo el mundo en los tiempos de la dinastía Zhou habrá sabido que tampoco este problemita con el territorio de los demonios iba a quedar resuelto de una vez y para siempre con la victoria del hombre del trueno.
En las consultas, esta línea nos marca todas esas cosas que vuelven y vuelven, y nos atormentan, nos intranquilizan, no nos dejan en paz. Pero no solo se muestran en las palabras de estas líneas, sino también en la propia estructura de los hexagramas. En primer lugar, las líneas emparejadas se reflejan entre sí. Y, en segundo lugar, cuando mutan estas líneas, nos llevan de vuelta a los hexagramas 3 y 4: la brecha más grande que puede haber entre un hexagrama y otro cuando solo muta una línea. Parece una advertencia bastante contundente: «así que te creías que habías terminado, bueno, estás volviendo a donde empezaste otra vez».
El fuego, el agua y los bigotes
Los trigramas que forman el Hexagrama 64 son (igual que en el 63, Ya cruzando) el fuego y el agua. Son trigramas complementarios. Si los miramos juntos, podemos ver que las líneas yang encajan perfectamente en los espacios de las líneas yin. Todo está en orden. El fuego y el agua van juntos, si colocamos el agua arriba del fuego se forma vapor, podemos cocinar alimentos... Pero, en el hexagrama Aún no cruzando todos los elementos correctos están en el lugar incorrecto, el gran tema es ordenarlos.
El fuego mora encima del agua. Aún no cruzando.
El noble diferencia cuidadosamente un ser del otro para que cada uno llegue a ocupar su lugar.
(Imagen del hexagrama 64)
El noble aprovecha la luz del fuego que está arriba para iluminar las corrientes de abajo. Me recuerda al zorro en el hielo: con las orejas paradas, los bigotes sensibles, todo para poder percibir lo que se mueve debajo de las patas.
El noble «diferencia» (como lo hacía en la imagen del hexagrama 13) es decir, discierne, discrimina, aclara y, por ende, administra, gobierna. Aquí, lo hace cuidadosamente (慎) un ideograma cuyo radical significa corazón. Las cualidades del agua: el flujo y la profundidad de las emociones también forman parte de todo esto.
¿Pero qué quiere decir «diferenciar un ser del otro» con el corazón? Creo que Balkin lo expresó espectacularmente:
"Hay que comprender los elementos que componen la situación y todas las fuerzas que hay a nuestro alcance. Debemos lograr que las personas trabajen juntan, no una contra la otra. Hay que sincronizar nuestros recursos para que funcionen en armonía, no de forma azarosa o sin ningún orden".
Jack Balkin, The Laws of Change
Ahora bien, esto también puede ser un proceso interno, una especie de inteligencia emocional. Por ejemplo, esta renuencia que sentimos ¿es sólo producto del miedo o es nuestra intuición que ha tomado el timón? Este tipo de preguntas para tratar de encontrar el lugar indicado a nuestras propias ideas y reacciones es también el tipo de trabajo que hay que hacer en el 64. Además, es una tarea imprescindible para un zorro.
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